En la actualidad el Paraguay importa el 100% del Petróleo y gas. procede de los paises que tienen un solo Líder (Autócrata), y en el caso nuestro ese porcentaje es del 100% del petróleo y gas importamos, cifras exclusivas (suficientes) para alterar el mercado.

Se debe de cambiar esta «Política del sistema de energía, y de nuestra Matriz Industrial». Hoy el 99% de nuestra industria producen a «Leña y Carbón», y solamente el 1% a energía eléctrica.

La escalada de los precios del petróleo y gas, que se ha acelerado especialmente a raíz del ataque a Ucrania, ha disparado la factura energética de origen fósil de hogares y empresas en todo el país  y ha puesto a la economía del Paraguay  ante un reto urgente: asegurar su independencia energética y avanzar en la electrificación de la economía a partir de energías renovables. De Itaipu y Yacyreta-

En la actualidad, el 100% del petróleo y

del gas importamos, procede de los países que tienen un solo líder (Autócratas) y en el caso nuestro ese porcentaje es del 100%, cifras exclusivas (suficientes) para alterar el mercado. Y este petróleo y gas, utilizado en la “Masa matriz” de los transportes públicos y privados, es en estos momentos determinante a la hora de fijar el precio del petróleo y gas, hasta el punto de que el 45 % del incremento de esa subida que estaba experimentando se debió a la escalada de los precios del petróleo y gas. Por cada dólares  que sube esa materia prima, sube 1000 guaraníes o más el precio en el mercado minorista y mayorista, el famoso pool eléctrico.

La volatilidad de este hidrocarburo ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del modelo de la “Matriz energética”. Y si antes el país  tenía marcada una senda hacia la descarbonización, con la construcción de las binacionales ahora, con la última comunicación del Brasil, para que el Paraguay contrate la potencia de la energía que les corresponde como socio Condómino  lo ha dejado claro: hay que pisar el acelerador aún más. Un modelo que obliga a repensar la estrategia de suministro y acelerar la salida del petróleo gas, y electrificar la economía basada en fuentes renovables. De Itaipu y Yacyreta.

DESCARBONIZACIÓN

La opción no es otra que acelerar la transición energética que ya está en marcha y apostar de forma decidida por la descarbonización. Esa es la auténtica revolución que Paraguay  debería buscar  y  transformar la energía que debe mover el pais. La necesidad urgente de combatir el calentamiento global y apostar por la sostenibilidad del planeta ya eran argumentos que justificaban esta estratégica apuesta el Paraguay. Pero esos argumentos se ven ahora más reforzados con el estallido de las hostilidades. En este contexto, los fondos que el país moviliza para recuperarse del paso de la COVID-19 aparecen como una oportunidad para impulsar la transformación. Debemos utilizar nuestra energía hidroeléctrica de Itaipu y Yacyreta, del 100% de la energía que nos corresponde – se destinarán al objetivo de descarbonización en el horizonte del año 2030.

La previsión es que en 2030 el 90 % de todos los nuevos vehículos privados en el Paraguay sean eléctricos. Y que ese porcentaje crezca hasta el 100 % en 2035.

Paraguay tiene mucho que aportar en esta transición energética. No solo se trata de un país enormemente rico en fuentes renovables como las binacionales, también el viento y el sol, sino que ha decidido asumir el liderazgo investigador, que está propiciando que estas energías limpias sean cada vez más competitivas. La mejora constante de la tecnología en las últimas décadas ha permitido que la energía eólica se convirtiera ya en 2021 en la principal fuente de generación eléctrica, aportando el 23,3% de los kilovatios producidos. Y la energía procedente del sol se ha multiplicado también hasta suponer casi el 10% entre fotovoltaica y térmica. En estos momentos, la mitad de la energía eléctrica en Paraguay se genera ya con energías renovables, pero aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar el objetivo de la descarbonización en 2035 .

ELECTRIFICACIÓN CON RENOVABLES

Pero esa descarbonización pasa por una electrificación intensa de la economía. Si la última década demostró ser la década de las energías renovables, está será la década de la electrificación. Y ocurrirá. El desafío está en hacerla más rápida y lo más extendida posible. Eso sí, electrificar el consumo final tanto como sea posible es una condición necesaria pero no suficiente: antes tenemos que haber realizado un despliegue masivo energías renovables.

Para alcanzar la meta de la electrificación, la transformación del transporte es básica y es una de las asignaturas pendiente que

Paraguay debe aprobar. En la actualidad el transporte representa el 100 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. La sustitución de los vehículos de combustión por vehículos eléctricos en las próximas décadas será la clave para completar esta transformación. La previsión es que en 2030 el 67% de todos los nuevos vehículos privados en el Mercosur sean eléctricos. Y que ese porcentaje crezca hasta el 80% en 2050. En esa fecha, la participación de la electricidad en la demanda final de energía supondrá ya más del 70%.

Junto al coche eléctrico, los otros grandes retos de la electrificación para reducir la emisión de gases de efecto invernadero están en la industria, la agricultura y el sector residencial. Sustituir la utilización de combustibles fósiles para calefacción en los edificios por electricidad producida por renovables permitiría reducir casi el 10% de las emisiones. La electrificación es el gran reto, ambicioso pero posible, que consiste en la sustitución de todas estas tecnologías que usan combustibles fósiles para su funcionamiento por otras que utilizan electricidad producida con fuentes renovables de energía.

Y los beneficios de esta transformación son múltiples. En primer lugar, la electrificación permite asegurar el suministro de energía de forma segura y asequible, reduciendo la dependencia de fuentes y materias primas del exterior y con ello la volatilidad de los precios, dotándolos de mayor estabilidad. Permite además aumentar la eficiencia energética. Y sobre todo reduce los gases de efecto invernadero que produce la combustión de combustibles fósiles, mejorando con ello la calidad de aire y la salud de los ciudadanos y combatiendo el cambio climático que amenaza a nuestro planeta.

LIDERAZGO Del MERCOSUR

La apuesta por las energías limpias y la descarbonización de la economía va permitir a liderar esta nueva revolución mundial. América del Sur  está muy lejos de poder competir con Estados Unidos y China en otras nuevas tecnologías como pueden ser los semiconductores, incluso en el desarrollo de la hiperconectividad. Sin embargo, no hay ninguna duda de que Mercosur, con Paraguay puede  jugar un papel destacado, lidera la transformación energética y está en condiciones de ofrecer al mundo unas energías limpias y transformadoras con las que moverse y desarrollarse sin poner en riesgo la salud del planeta.

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