mejor gasto para Mejores Vidas. Gasto público en Paraguay registra ineficiencia. El 97% de los ingresos fiscales van a salarios y gastos corrientes. Con este modelo del Presupuesto General de Gastos de la Nación, ya casi nada sobra para Inversiones de infraestructura, solamente endeudándose se puede cubrir este déficit en los gastos de capital.
60% para gastos de capital. Desde mi página web. “El Paraguay que queremos, siempre resalto la necesidad de modificar este modelo del PGN, corrupto, prebendario y clientelistas. Con una enmienda constitucional: 60% para gastos de capital. Son recomendaciones de políticas para mejorar el gasto en infraestructura, en salud, educación, y seguridad pública.
USD 10.000 millones al año. El gasto público en el Paraguay revela enormes ineficiencias y malgasto que podrían llegar a costar hasta USD 10.000 millones al año, o el equivalente a mas del 30% por ciento del PIB del país. Esto significa que hay amplio margen para mejorar los servicios básicos sin necesidad de aumentar el gasto.
hacer Mas con Menos. Mejor Gasto para Mejores Vidas: El Gobierno de Mario Abdo puede convertir esta crisis en oportunidad, para plantear al Congreso Nacional, una enmienda constitucional , para modificar este sistema del Presupuesto General de Gatos de la Nación, criminal, deficitario corrupto, prebendario y clientelistas : 60% para gastos de capital. El nuevo modelo de presupuesto va “Hacer Más con Menos” , una recomendación de este Blog, hoy en momentos en que el gobierno lucha, contra esta pandemia del covid-19 por cubrir las infraestructuras necesarias , con presupuestos cada vez más apretados, (y solamente con mas deudas) las crecientes necesidades del Sistema de Salud y expectativas de la población.
60% para gastos de capital. con ingresos genuinos. Esta publicación, parte de la serie de estudios de esta página web, para que el Paraguay que queremos se desarrolle con ingresos genuinos, argumentando en contra de los recortes generalizados, para inversiones de infraestructura, educación, saludad, seguridad, gastos sociales, entre otros, a favor de un gasto “inteligente” que mejore la eficiencia en áreas críticas del sector público. El ensayo analiza lo que el país gasta en diferentes áreas, si invierten o no lo suficiente para asegurar un futuro mejor, y si dichos gastos aumentan o disminuyen la desigualdad.
ensayos. publicados en este blog. recomendaciones políticas. Además de un diagnóstico, el artículo de referencia y otros ensayos publicados en este Blog, formula varias recomendaciones de políticas sobre cómo mejorar la eficiencia del gasto gubernamental. Por ejemplo, incluye medidas concretas para reducir las demoras y sobrecostos de proyectos de infraestructura, así como la corrupción en las compras gubernamentales.
asegurar los mejores resultados. En tiempos en que el gobierno tiene que tomar difíciles decisiones, este ensayo pretende proveer una oportuna plataforma para discutir cuán eficientemente invertimos nuestros recursos públicos para asegurar los mejores resultados posibles, no sólo para el presente sino también para el futuro.
La buena noticia es que podemos mejorar las vidas de nuestros ciudadanos no mediante gastos más elevados sino más eficientes.
Gasto ineficiente
ciento del pib. 40% por ciento del PIB. En el Paraguay, el gasto público consolidado actualmente es de más de US$ 14.000 millones ronda en promedio a un 40 por ciento del PIB, varios puntos porcentuales más que a principios de los años 2000. El gasto corriente oscila entre más del 38 por ciento del PIB. (de cada G 100 de los ingresos fiscales, van más G 97 en gastos rígidos ).
ingresos tributarios. Tras la crisis financiera global de 2007-2008, nuestro país se vio catapultarse sus ingresos por la venta de materias primas y elevaron sus gastos en áreas tales como salarios en el sector público y pensiones, que son difíciles de revertir. Nuestro gobierno ahora necesita sacar el máximo provecho posibles de sus ingresos tributarios.
abultada nómina salarial. Algunos de los principales hallazgos en los diferentes ensayos publicados en este Blog “El Paraguay que queremos” incluyen:
limitar los gastos corrientes. Una estimación moderada del costo de la ineficiencia que suma excesos en las compras gubernamentales (incluyendo pérdidas por causa de la corrupción y por demoras), junto a una abultada nómina salarial en el sector público y las transferencias que no llegan al sector indicado de la población, da como resultado pérdidas por de varios dígitos por ciento del PIB, o unos varios millones (de cada G 100 de los ingresos fiscal mas de G 97 van a sueldos y gastos rígidos). Si se modifica este modelo del PGN, limitando los gastos corrientes. Ese monto sería suficiente para las inversiones de infraestructura, educación, salud, seguridad, gastos sociales y sobre todo eliminar la pobreza extrema.
disminuyo la inversión pública. La inversión pública — necesaria para asegurar el crecimiento futuro — ha perdido más de dos dígitos porcentuales en el presupuesto respecto de los gastos corrientes. Mientras que en todas las otras regiones del mundo la inversión pública per cápita ha crecido en promedio más del 50 por ciento, en América Latina sólo avanzó un 5 por ciento, manteniéndose aproximadamente en los mismos niveles que en la década de 1980.
sostenibilidad fiscal en riesgo. América Latina y el Caribe gasta cuatro veces más en la población de mayor edad que la más joven. De mantenerse en los actuales niveles, los regímenes de pensiones y de salud podrían aumentar del actual 35 por ciento del presupuesto al 78 por ciento en 2065, poniendo a la sostenibilidad fiscal en riesgo.
crecimiento económico en el tiempo. Ese escenario también podría restar recursos a otras prioridades, tales como el desarrollo del capital humano y de infraestructura, elementos indispensables para sostener el crecimiento económico en el tiempo.
corregir la ineficiencias. Un mayor gasto gubernamental difícilmente ayudará a cerrar la brecha de desigualdad en la región si no se corrigen las ineficiencias en la redistribución. En 16 países de América Latina, los impuestos directos y las transferencias de efectivo logran reducir la desigualdad en un promedio de sólo el 4,7 por ciento, contra un 38 por ciento en un muestreo de países desarrollados.
ahorros en el gasto. Una reducción de los sobrecostos y demoras en proyectos de infraestructura financiados por los gobiernos a los niveles de los proyectos financiados por los bancos multilaterales de desarrollo podría generar un ahorro en el gasto de casi 1,2 por ciento del PIB. Esto podría liberar hasta US$50.000 millones anuales para inversiones en infraestructura.
gastos de capital. gastos a servicios. Varios países podrían mejorar sus índices de salud manteniendo sus presupuestos, dirigiendo el gasto a servicios más efectivos. En la región, la expectativa de vida podría aumentar en cuatro años, y en el caso de Paraguay, Bolivia, Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago, podría subir al menos siete años. Por su parte, el delito podría reducirse en un 30 por ciento.
Recomendaciones de políticas
análisis de costo beneficio. Este Blog ofrece una amplia gama de recomendaciones de políticas específicas. Éstas incluyen hacer un mayor uso del análisis de costo-beneficio para determinar sus mejores opciones presupuestarias, o la creación de organismos dedicados para la planificación estratégica que utilicen rigurosas evaluaciones del impacto de los programas gubernamentales antes de tomar decisiones sobre la asignación de recursos.
enmienda constitucional 60% para gastos. modificación del modelo del PGN. En varios ensayos publicados en este Blog también se propuso la adopción de reglas fiscales, que vayan más allá de la sustentabilidad fiscal, para la protección de las inversiones, tales como el requisito fiscal de doble condición de Brasil, con una modificación de su modelo de presupuesto nacional. Con una enmienda constitucional: 60% para gastos de capital, con este mandato constitucional (topearon los gastos corrientes y sueldos), que fija límites específicos al incremento de los gastos corrientes, para asegurarse de que no insuman recursos que deberían asignarse a gastos de capital.
mejorar el gasto público. En varios ensayos publicados en este Blog citamos numerosas formas de mejorar el manejo del gasto público para aumentar la eficiencia del servicio civil, desde el desarrollo de planes de servicio público que incluyan claras metas y visiones, hasta la auditoría de las nóminas de empleados y de las transacciones.
reducir la corrupción. En el terreno de la educación, recomendamos, entre otras medidas, acompañar un mayor gasto por alumno con un aumento de las medidas de rendición de cuentas para reducir la corrupción, como también un mayor nivel de formación de docentes y de ajuste de sus ingresos al desempeño.
En cuanto a la seguridad pública, el ensayo destaca que el Paraguay tiene altos niveles de delincuencia a pesar de haber aumentado sustancialmente el gasto en policía y encarcelamiento, llevando al sector de la seguridad a absorber más presupuestos fiscales.
prevención del del delito. También enumeramos las mejoras en las áreas de organización y eficiencia policial, mejor manejo de los programas de prevención del delito, y un mayor enfoque en los puntos, personas y comportamientos de alto riesgo, entre otros.
Baja confianza en el gobierno.
nivel de confianza. Por último, analiza también aquellos elementos intangibles que están detrás de las decisiones presupuestarias, tales como el nivel de confianza de la población en su gobierno. La falta de confianza implica, entre otras cosas, que los votantes prefieren las políticas públicas que ofrecen beneficios inmediatos (tales como las transferencias) antes que la inversión en educación e infraestructura, cuyos beneficios sólo se hacen visibles muchos años más tarde.
restaurar la confianza. Propugnar la eficiencia gubernamental no se trata sólo de meras consideraciones técnicas. Otros elementos esenciales para restaurar la confianza de la gente en su gobierno incluyen dar más información a la ciudadanía para que pueda supervisar las medidas gubernamentales e incrementar la eficiencia técnica y de asignación de recursos para que ésta pueda conseguir los servicios que se merece. Así, la población pasará a exigir a sus políticos más inversiones de largo plazo en lugar de transferencias, poniendo en marcha un círculo virtuoso que puede resultar en mejores políticas y mejores gastos.